Una vez dijo un poeta:
"Yo voy soñando caminosde la tarde. ¡Las colinasdoradas, los verdes pinos,las polvorientas encinas!…¿Adónde el camino irá?Yo voy cantando, viajeroa lo largo del sendero…-la tarde cayendo está-.'En el corazón teníala espina de una pasión;logré arrancármela un día:ya no siento el corazón'.
Y todo el campo un momentose queda, mudo y sombrío,meditando. Suena el vientoen los álamos del río.
La tarde más se oscurece;y el camino que serpeay débilmente blanquease enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:'Aguda espina dorada,quién te pudiera sentiren el corazón clavada'.
(Antonio Machado: Soledades)
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